¿Sufren el duelo los perros y gatos si fallece otro animal amigo?

La ciencia confirma lo que sospechábamos: tanto los felinos como los perros sienten la pérdida de un compañero.

¿Puede el fallecimiento de un compañero animal doler a un perro o a un gato? La respuesta es sí. Tanto los perros como los felinos sufren por la pérdida de otro compañero de la familia, algo que resulta especialmente cierto cuando los dos animales tenían una relación fuerte de apego o de amistad.

Puede que la perrita Lulú revise una y otra vez la cama donde solía dormir su amigo Beethoven. O que el gato Travis comience a maullar con más frecuencia e intensidad de lo que solía tras la pérdida de su amigo Billy.

También es probable que tanto Lulú como Travis soliciten más tu atención y pidan estar a tu lado todo el tiempo. Incluso hay perros y gatos que empiezan a dormir encima tuyo o que pierden el apetito y dejan de comer con tanto entusiasmo como antes.

Es más que una sospecha: muchos gatos y perros sufren cambios de conducta y pérdidas de apetito relacionados con el duelo tras perder a un compañero animal con el que viven. Y un estudio publicado en la revista científica Animal en 2016 sugiere que este comportamiento no es atípico entre nuestras mascotas.

Perros y gatos sufren el duelo, dice la ciencia

El estudio ha sido realizado por un grupo de expertos en comportamiento animal coordinado por Jessica Walker, de la organización científica de defensa animal Companion Animals NZ (Animales de Compañía NZ), que ha analizado las respuestas de 159 perros y 152 gatos tras la pérdida de un animal amigo, con ayuda de cuestionarios completados por sus dueños.

Uno de los comportamientos más frecuentes observado en perros y gatos tras la pérdida de un compañero animal fue la revisión constante de sus zonas de descanso. El 60% de los perros y el 62% de los gatos volvieron una y otra vez a revisar los lugares donde su animal amigo solía echarse.

Además, casi el mismo porcentaje de perros y gatos solicitaron más atenciones y cariño por parte de sus familias humanas o se comportaron de un modo más dependiente, solicitando un contacto físico más constante con sus humanos preferidos (el 61% de los perros y el 62% de los gatos).

Y mientras que el aumento de las vocalizaciones, lloros o aullidos no es tan frecuente en los perros (un comportamiento experimentado por el 27%), sí resulta un cambio significativo en los gatos que han experimentado la pérdida: el 43% de los felinos maullaron de un modo más frecuente e intenso, según relataron sus dueños.

Además, los perros suelen pasar más tiempo durmiendo tras perder a su amigo (el 34%); una conducta menos frecuente en los felinos (el 20%).

Gato o perro en duelo

Dicho esto, gatos y perros son individuos. Es decir, aunque comparten características innatas y naturales propias de su especie, igual que nos ocurre a los humanos, también experimentan el dolor y las emociones de un modo personal y único.

Por eso, su proceso de duelo y el modo de experimentar el dolor será diferente. Conviene prestar atención a los cambios en su comportamiento: algunos perros y gatos tenderán a estar más quietos, apáticos o a usar con más frecuencia sus refugios (en el caso de los gatos) o pueden perder el apetito.

Algunos gatos, además, maullarán de forma más intensa y constante o puede que empiecen a hacer pis fuera de su arenero. En esto, una consulta de comportamiento felino con un experto acreditado resultará de ayuda. En cualquier caso, lo primero es respetar el dolor de tu gato o perro y entender que puede sufrir el duelo por la pérdida de otro animal.

Además, a tu mascota le ayudará que llenes el hueco con actividades agradables, que pueda disfrutar. Así, tu perro agradecerá que den buenos paseos por sus zonas preferidas y que juegues más con él.

También a tu felino le sentará bien compartir tiempo de calidad con su humano preferido y agradecerá el juego interactivo (contigo), así como que saques más tiempo para mimos y caricias, si es que tu gato las disfruta. Además, ayuda mantener una rutina de comidas, juegos, sueño y unas actividades diarias predecibles.

Y ofrecele cariño extra: sea en forma de caricias, de palabras amables, de juego o, sencillamente, de tiempo para dormir con vos.