Los perros y los lobos: curiosidades de una evolución que se da en convivencia

Ambos son parientes con un vínculo estrecho. La explicación de algunos hechos que denotan este parentesco

En tu casa tenés un perro, ¿y qué me decís si te digo que tenés un lobo con un disfraz de perro? Porque el perro y el lobo son parientes, parientes que conviven. Nosotros no convivimos con nuestro antepasado común, como otras especies de monos.

Porque quiero decirte una noticia que es primicia, no venimos de los monos, somos monos. Somos un mono desnudo, un mono sin pelo. Pero somos monos que tuvimos antepasados comunes con el chimpancé, con el orangután, con el gorila, con el gibón, con lo que se llaman simios. Los monos que no tienen cola. Nosotros somos un mono sin cola.

Ahora bien, el lobo y el perro conviven en la misma época, en la misma tierra, y entonces es como que el lobo le ha cedido una cantidad de comportamientos. Por ejemplo, el aullido.

El aullido de un perro tiene que ver con el aullido de un lobo de una manada. Cuando se pierde la manada, le dice a la otra manada que está solo. Por eso la gente en la superstición plantea “ah! está aullando el perro de fulano que estaba muy enfermo, se está por morir”. En realidad, el aullido manifiesta la soledad de ese perro requiriendo compañía de otra manada.

Y te tiro la última, cuando tu perro se va a dormir da muchas vueltas. No, no te voy a hacer el chiste de mal gusto que se acuesta en la última. Lo cierto es que da muchas vueltas para un lado y para el otro, y está aplastando el pasto que no existe en la cerámica de tu cocina y, al mismo tiempo, está oteando las amenazas que tampoco existen en tu casa.

Los perros que tienen menos contacto con seres humanos por diversas circunstancias, como es el caso de los perros asilvestrados, es más habitual que conserven mayores similitudes de comportamiento con su ancestro lobuno. La conducta indómita similar al lobo les permite sobrevivir en el día a día, cuando precisan obtener por sí mismos alimento, cobijo y protección frente a sus enemigos.

Los perros de ciudad, que tienen un estrecho contacto con el ser humano, tienden a desarrollar comportamientos más adaptados a ese entorno, alejándose de los lobos.

Una de las diferencias más característica entre lobos y perros es que el lobo es desconfiado y huidizo frente a la presencia humana, como una estrategia de supervivencia. Sus genes contienen la impronta de la huida inmediata frente a las amenazas. Los perros, por su parte, tienen más desarrolladas que los lobos sus capacidades sociales para relacionarse con los humanos. El cráneo, los dientes y también el cerebro del perro son de menor tamaño que los del lobo.